Estos son solo algunos ejemplos de los espacios emblemáticos que se pueden encontrar en el Real Casino de Murcia, cada uno con su estilo arquitectónico propio y su historia particular. Cada rincón del edificio es una muestra del esplendor y la grandeza que representaba la aristocracia de la época. Situada la entrada principal en la céntrica calle de Trapería, muy cerca de la catedral de Murcia, su fachada fue realizada en 1902 por el arquitecto murciano Pedro Cerdán Martínez, autor de otros edificios destacados de la ciudad como el Mercado de Verónicas.
- En esta sala de recepción se encuentra una taquilla, pues aunque se trata de una institución privada, en la actualidad el Casino de Murcia está abierto a la visita del público, quedando reservada la segunda planta del mismo para el uso privado de los socios.
- Con su porte regio y de fachada altanera mirando por encima del hombro cómo ha evolucionado su ciudad, la que le admira y de la que se siente orgullo.
- Así se pronunciaban fuentes del Real Casino de Murcia en relación a los destrozos causados a su puerta principal en la madrugada del pasado sábado.
- La dependencia más grande y esplendorosa del casino murciano es el Salón de Baile, al que se accede por el Congresillo, un rincón de encuentro de peñas en cuya decoración destaca la madera y la seda.
- Su arquitectura impresionante, sus salones suntuosos y su rica historia lo convierten en un destino imperdible para los amantes de la cultura y la historia.
El Real Casino de Murcia está lleno de curiosidades que sorprenden a sus visitantes. Desde su fundación, ha sido un lugar privilegiado para encuentros sociales y culturales, acumulando historias fascinantes a lo largo del tiempo. El edificio actual del Real Casino es el resultado de varias fases de construcción que comenzaron en 1853. Destaca por su fachada modernista, así como por sus lujosos interiores que incluyen salones decorados con exquisito gusto. Cada rincón del casino cuenta una historia, desde los frescos en los techos hasta los detalles en madera tallada. Situado en pleno corazón de Murcia, es el más visitado de la Región y su arquitectura es un reflejo del esplendor y la elegancia de épocas pasadas, combinando estilos como el modernista o el neoclásico.
Desde sus inicios, el Casino ha sido considerado como un lugar emblemático y exclusivo de la ciudad, donde la aristocracia murciana encontraba un espacio para compartir intereses y aficiones. En estilo barroco de inspiración francesa, el citado Salón de Baile se construyó en 1875, y desde entonces se ha convertido en el gran salón para numerosas fiestas de la sociedad murciana. Esta galería sirve en punto de unión de las distintas salas que podrás ir viendo, todas con un estilo arquitectónico diferente.
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El casino está situado en pleno centro, en la misma calle Trapería y muy cerca de la catedral. El Real Casino de Murcia juega un papel fundamental en la sociedad murciana como un símbolo de prestigio y distinción. Desde su fundación en 1847, ha sido un punto de encuentro para la élite social y cultural de la ciudad, y ha mantenido su relevancia a lo largo de los años.
Ataque al patrimonio: vandalismo en el Real Casino de Murcia
Si viajas a Murcia es casi una obligación perderse por las calles comerciales del casco histórico. Una de las más interesantes y con mayor pedigrí actualmente es la calle de Trapería. Otra curiosidad es el tocador de señoras de gran preciosidad y color, decorado con alegorías femeninas de la diosa Selene pintadas en el techo.
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Fue diseñado por el arquitecto Francisco Bolarín y se abrió como club privado en 1847. Tras su fachada de estilo neoclásica, terminada en 1901, se encuentra el patio árabe y el patio pompeyano, inspirados en la Alhambra de Granada y al Alcázar de Sevilla. Un enorme pasillo techado conduce a las principales salas del casino, entre las que se encuentra una sala de lectura y otra de billar. El arquitecto José Ramón Berenguer, diseño la suntuosa sala de baile empleando el estilo barroco que Luis XIV escogió para Versalles. Esta sala, fue punto de reunión de la vida social murciana durante más de un siglo y se puede iluminar introduciendo una moneda que enciende las 320 lámparas de sus candelabros. Es interesante destacar que, a pesar de ser un club privado, el Real Casino de Murcia ha sabido abrir sus puertas a la sociedad actual, convirtiéndose en un espacio cultural dinámico y accesible.
En el Salón de Armas te llamarán la atención sus numerosos espejos, lo que se debe a que en su día fue la sala de esgrima del casino. Otros rincones destacados son el Patio Pompeyano, de estilo neoclásico y donde se muestran alguna esculturas. Como anécdota se comenta que, en origen, fueron fabricadas para ser enviadas al palacio del emperador Maximiliano I de México, pero que tras ser depuesto y fusilado, las lámparas finalmente fueron compradas por la sociedad del Casino de Murcia. En la muy recomendable visita del Casino de Murcia, desde el Patio Árabe accedes a la Galería Central, la cual se dispone con una larga bóveda acristalada y se encuentra recubierta en suelo y paredes por mármoles de Macael. Con una bóveda estrellada realizada con hierro y cristales coloreados, como curiosidad te diré que en sus paredes se repite una inscripción en árabe que dice “Nada más grande que Alá”. El edificio del Real Casino de Murcia se empezó a construir en 1847, y en realidad es el resultado de la sucesiva compra y adhesión de varios edificios contiguos.
Ha estado cerrado por obras de restauración bastantes años, aunque actualmente esta abierto al público, pero pagando. Es el único monumento de la ciudad de Murcia que tiene el honor de aparecer en esta exclusiva lista mundial. Vamos a ver que nos cuenta esta guía planetaria del Casino de Murcia.Comienza la narración diciendo que el Casino de Murcia es uno de los más bellos casinos de España, así como un bello ejemplo de la arquitectura ecléctica. A lo largo de los años, el Real Casino de Murcia ha sido testigo de numerosos eventos sociales y culturales.
Su fachada principal tiene influencias neobarrocas, destacando una puerta de hierro forjado ricamente decorada y un reloj emblemático. Al entrar, los visitantes son recibidos en el Vestíbulo de Honor, con una bóveda dorada de mosaicos y mármoles que denotan lujo. Y sin duda, la sala más apoteósica del Real Casino de Murcia es el Salón de Baile, con su enorme altura, de estilo neobarroco y bono por registro creada en 1875. En sus paredes, se observan alegorías de bailes y en los techos sobre poesía o música. Pero también de murcianos ilustres como José Moñino, conde de Floridablanca, el pintor Nicolás de Villacis o el actor Julián Romea.